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jueves, 28 de septiembre de 2017

Choquito picudo

Ya dedicamos un post al sepión de la sepia común o Sepia officinalis titulado "De la mar a la jaula".

Pero esta misma semana, en uno de mis paseos por la playa, observé un sepión muy distinto a la de la sepia común.

No era de color blanco, sino rosáceo, más estilizado, acabado en punta (denominada espina) como se indica en la flecha de la foto, y más pequeño.

Foto: V. Aparici

Efectivamente al consultar las "guía de mar" vi que se trataba de la concha interna de otra especie de sepia: el choquito picudo o Sepia orbignyana.

Su nombre vulgar le viene por esa espina de su sepión que sobresale del cuerpo.

Nativa del océano Índico, ha penetrado en nuestro mar por el mar Rojo a través del canal de Suez.

Y para que veáis que no todas las sepias son iguales, os reproduzco las láminas de las dos especies de las que ya hemos hablado en este blog.


Imagen: Cephalopods of the world. FAO

Imagen: Cephalopods of the world. FAO

La fuente:
Jereb, P.; Roper, C.F.E. (eds)
Cephalopods of the world. An annotated and illustrated catalogue of cephalopod species known to date. Volume 1. Chambered nautiluses and sepioids (Nautilidae, Sepiidae, Sepiolidae, Sepiadariidae, Idiosepiidae and Spirulidae). FAO Species Catalogue for Fishery Purposes. No. 4, Vol. 1. Rome, FAO. 2005. 262p. 9 colour plates.


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Menuda coña

Esta vez os traigo un par de ejemplares del Atlántico, concretamente de la playa de Punta Umbría (Huelva).

Esta especie se adentra en nuestro mar hasta las costas de Almería de donde son las conchas que recogió para su colección el amigo Pablo.


Foto: V. Aparici

Su nombre "artistico" es Cymbium olla y los marineros andaluces la denominan coña, quizás por su similitud (cuando está viva) a los genitales externos femeninos de nuestra especie. Si os pica la curiosidad podéis buscar, por vuestra cuenta y riesgo, fotos de ejemplares vivos.

Es una especie inconfundible por su ápice en forma de pezón (como estamos hoy).

Sin embargo mi recuerdo inmediato, cada vez que la veo, es esto:


Foto: David Dennis


Se trata del mono narigudo de Borneo que responde al nombre científico de Nasalis larvatus. Para que veáis lo que da de sí la imaginación.
  

lunes, 25 de septiembre de 2017

La más bella

Uno cuando es joven y aficionado a coleccionar conchas, le viene muy bien tener contactos con marineros.

En los años ochenta del siglo pasado, un amigo de mi padre, viendo mi afición a las cosas de la mar, me puso en contacto con un patrón de barco, José Salom, y este me llamó para que fuese a ver lo que me habían guardado de un arrastre.

Esto, desgraciadamente solo ocurrió una vez. Manolo García, el Capitán Columbretes, amigo de mi padre, falleció y se perdió el contacto pesquero.

Si embargo en esa ocasión, en que pude registrar entre el fango del arrastre que los marineros por esta vez no tiraron al mar, me encontré un primer premio, uno de los molusco más bellos, a mi humilde parecer, y raros del Mediterráneo.

Solo tengo este ejemplar y no he vuelto a ver otro. Este es el que comparto con vosotros.

Se trata de Mitra zonata, cuyas especies del mismo género reciben este nombre por su parecido a un gorro o mitra papal.

Foto: V. Aparici
Y por su belleza y rareza ha sido botín de coleccionistas y comerciantes sin escrúpulos. Hoy en día es una especie protegida en los anexos II del Convenio de Barcelona y II del Convenio de Berna.

lunes, 11 de septiembre de 2017

El gran azul

Mi amigo Javier Guallart, el de los retos, se ha dejado convencer y nos ha escrito este post. Espero que lo disfrutéis.

Los temporales nos traen  a la playa restos que nos dicen mucho de lo que en hay en el mar aledaño. En este caso, este pasado fin de semana en la playa de El Saler en Valencia.

Foto: J. Guallart

¿Sólo una pata de cangrejo? Sí. Pero azul y enorme, ¿no crees?

Se trata de una de las pinzas (llamadas quelípedos) de un cangrejo invasor, la jaiba azul (Callinectes sapidus), un “pedazo de cangrejo”. Esta especie de gran tamaño es habitual y abundante en las costas atlánticas americanas. Su presencia en el Mediterráneo no se conocía hasta mediados del pasado siglo, cuando se detectó por primera vez en el mar Adriático. Hace apenas hace unos pocos años, en 2012, se constató su presencia en las costas españolas.

Se la considera no sólo invasora sino, dentro de este grupo de especies, posiblemente una de las más problemáticas: su gran tamaño y voracidad, puede suponer una importante alteración de las redes tróficas de los ecosistemas costeros de la zona. 

Dibujo: Facundo Nehuén López


Pero la especie posiblemente tenga un punto débil: se dice que gastronómicamente es excelente. En este caso la actividad pesquera dirigida a este cangrejo, aunque no consiga su erradicación, sí que pueda llegar a controlar sus poblaciones.

Pero aún nos queda la duda: ¿cómo llegó este quelípedo a la playa? ¿Ya hay depredadores naturales en nuestra zona que se dedican a alimentarse de esta especie?


viernes, 8 de septiembre de 2017

Si me dicen que es un pez no me lo creo

Foto: V. Aparici. Colección de P. Barranco

Aquí tenemos al caballito de mar mediterráneo, que recibe el nombre científico de Hippocampus guttulatus, cuya traducción del griego viene a significar más o menos "caballo monstruo de mar".

Su largo hocico lo diferencia del resto de especies mediterráneas de caballitos de mar.

Es un pez óseo muy modificado. Su aleta caudal se ha modificado y se ha convertido en una cola prensil con la que se sujetan a las algas y plantas marinas. El resto de aletas semejan abanicos por lo que nadar, no nada muy rápido. Su boca se ha transformado en un tubo sin dientes por donde aspira vorazmente el agua que contiene su alimento, el zooplancton.

Como curiosidad es el macho el que incuba, dentro de su cuerpo en una bolsa especial, los huevos fecundados, que le pasa la hembra. Cuando estos eclosionan puede dar a luz más de 350 alevines (crías de pez recién nacidas).

Este ejemplar se encontró así, deshidratado en un playa de Almería. 

Es una especie protegida por CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) debido a la explotación a que han sido sometidos. Todavía se venden deshidratados como decoración o como medicamento de la medicina tradicional china como podréis leer aquí.