viernes, 18 de noviembre de 2016

Una de medusas

Foto V. Aparici

En este mes de noviembre, el mar nos ha dejado medusas en nuestras playas.

Ha sido un verano caluroso y largo. Eso ha hecho que nuestro Mediterráneo esté más cálido que de costumbre y para muestra un botón.

Pequeña pero matona, esta preciosa medusa comparte la misma rama del árbol genealógico que las ortigas de mar y los corales, bajo el nombre de celenterados o cnidarios.

La especie que nos hemos encontrado es muy común y responde al nombre de Pelagia noctiluca. Su primer nombre hace referencia a donde suele vivir: en el pélagos (en griego "mar abierto") aunque a veces por diversos motivos se acercan a las costas en grandes cantidades.

Inconfundible por su pequeño tamaño, su transparencia y los tonos violáceos, sus tentáculos albergan unas células urticantes que inyectan un veneno que nos produce un picor similar a una quemadura.

Contiene el 99% de su peso en agua y junto a su ausencia de esqueleto, hace que fuera de su medio queden totalmente aplanadas. Dentro del agua sí apreciamos su belleza:

Foto: Hans Hillewaert

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