Ya es habitual, en estas fechas, empezar a ver puestas de rayas en nuestras playas.
Esos «bolsos de sirenas», que al fin y al cabo, son los huevos de estos peces cartilaginosos (o condríctios), pasan desapercibidos en los paseos playeros de la gente.
Y es normal, como dice el amigo Javier, que nosotros vamos mirando más al suelo que al horizonte, al contrario del resto de los usuarios de este preciado ecosistema.
La de amaneceres y puestas de sol que me he perdido in situ.
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