Foto: V. Aparici |
Lo que veis es una madera perforada con agujeros y galerías.
El causante de este intrincado laberinto es un molusco bivalvo xilófago (vamos que come madera) llamado Teredo navalis.
La evolución ha llevado a este animal a adoptar una forma vermiforme (léase forma de gusano), y ha adquirido un potente aparado barrenador.
Segrega, alrededor de la galeria, una tubo calcáreo que le sirve de conexión con el exterior y que la refuerza, al igual que hacen los mineros, para contrarrestar el deterioro de la madera que el mismo causa.
Su nombre común es "broma" ("corc marí" en valenciano) y como veréis no es nada apropiado.
Por su afición a excavar en la madera ha sido la plaga de navíos, llegando a hundir más barcos que la piratería, las tempestades y las batallas navales juntas. Solo hay que ver el nombre científico que le dio nuestro conocido Linné.
Hoy en día, el acero, la fibra de vidrio y las pinturas náuticas han dejado su fama de malote para la historia, por lo que sobrevive en los maderos y troncos de árboles flotantes que circulan por el mar.
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