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domingo, 12 de abril de 2020

Pico de loro

Esta ya prolongada cuarentena me ha dejado sin reservas, así que he tenido que buscar en el frigorífico.

La víctima ha sido la pobre sepia que esta noche será nuestra cena.

Os presento pues unas mandíbulas especiales llamadas pico de loro por la forma que tienen cuando las dos pieza estan juntas.

Foto: V. Aparici
Cuando hablamos de mandíbulas en animales invertebrados, hacemos referencia a la función que ejercen, pues ni en estructura u origen se pueden comparar. 

Este es el caso de las dos piezas que forman la mandíbula de pulpos, calamares y sepias. Están formadas por quitina (como el exoesqueleto de los insectos), agua, proteinas y algún que otro pigmento.

En la época de la caza de ballena del siglo XIX, encontraban grandes picos dentro del estómago de los cachalotes, junto a marcas de ventosas en la piel. Es fácil interpolar las dimensiones de marcas y picos con los de ejemplares conocidos y descubrir al calamar gigante, antes que nadie lo viera o al menos supiera lo que era.

Las novelas se nutrieron de ellos, como en Veinte mil leguas de viaje submarino de J. Verne (1869-79) donde un poulpe (pulpo) gigante ataca el Nautilus. Pero es en Moby Dick de H. Melville (1851), donde aparece por primera vez y esta vez sí se le llamó squid (calamar).

Como os habrá picado el gusanillo, os dejo la foto del primer calamar gigante, tomada en la ducha del reverendo Moses Harvey de Terranova, en 1874,  adquirido por este a un pescador al que desembolsó la friolera de 10 dólares.

Verrill, A. E., 1882, Report on the Cephalopods of the Northeastern Coast of America.



Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com

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