Para los gourmets de los bivalvos parece ser que el color no importa. Prueba de esto es la predación de ejemplares encontrados juntos en una arribazón.
Obviamente, con los datos de estos ejemplares muertos no podemos afirmar que el color de la concha atraiga a más o menos a sus familiares gasterópodos para darse el festín. Pero igual sería una buena partida para estudiarlo.
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| Foto: V. Aparici |
Estos ejemplares juveniles pertenecen a la misma especie, a la que ya dedicamos una entrada. Para refrescar las neuronas, pertenecen a las especie Mactra stultorum.
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