En su momento, cuando decidí dar a conocer a la oreja de mar, Haliotis tuberculata, los ejemplares que tenia les faltaba el lustro característico de la especie.
Me refiero al impresionante interior anacarado e iridiscente que la hace imprescindible en una colección de conchas de moluscos.
Esta vez ya no es culpa del estado de las conchas sino del fotógrafo, el que se pueda apreciar esta característica.
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| Foto: V. Aparici |
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