El animal que os voy a presentar es un molusco de cabo a rabo.
Primero lo vemos y luego ya veremos.
Foto: V. Aparici |
Tiene una pinta de bivalvo que no se la quita nadie. Pero si observamos con atención, en la supuesta charnela no hay ningún diente que permita articular otra valva.
Así pues, la naturaleza nos vuelve a engañar disfrazando de bivalvo a un animal gasterópodo que se fija a las rocas como las lapas y que responde al curioso nombre de Capulus ungaricus.
Su nombre, sin duda, hace referencia a su forma de caperuza, aunque desconozco la moda húngara vigente, en la época de su bautizo científico.
Vive en fondos blandos, sobre otros moluscos o piedras y podemos encontrarlo hasta los 850 m de profundidad si sobrevivimos a la inmersión.
Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com
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