Los cangrejos ermitaños son uno animales curiosos. Para empezar, no son cangrejos, ya que se asemejan más a las gambas.
Tienen un abdomen (la parte que nos comemos de las gambas) sin exoesqueleto duro, como en el resto de su cuerpo, lo que les hace muy vulnerables como presa.
La solución es utilizar restos de otro organismo marino, generalmente conchas de moluscos donde proteger esa parte del cuerpo tan desprotegida.
No es nada raro que se incluyan en la familia Diogenidae, en honor a Diógenes de Sinope, filósofo muy apreciado por los atenienses, pero poco amante de la higiene personal. Se dice que vivía en la calle dentro de un tonel.
Foto: V. Aparici |
Cuando crece ha de mudarse de casa y adquirir una nueva y más espaciosa.
Sus dos pinzas de tamaño desigual no ponen fácil su determinación, ya que la mayoría de los miembros (de esta familia y de la Paguridae), las presentan.
Por desgracia, ya hay más basura que conchas y es muy fácil encontrar en la web imágenes como esta.
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