No es raro encontrarse estos elementos plásticos que forman parte de las redes de pesca profesional.
Foto: V. Aparici |
Sustitutos de los flotadores fabricados en corcho (material que no falta en la provincia de Castellón) permiten, junto a los plomos (que ya tampoco lo son de este material), que la red se sitúe desplegada dentro del mar.
Estas dos substituciones (flotadores y plomos) atienden a cuestiones económicas que en el primer caso afectan a las explotaciones tradicionales de alcornoques (si bien es verdad que la aparición de tapones de silicona para vinos ha afectado mucho más a esta industria que a la fabricación de flotadores, aunque el buen vino sí que lo lleva de auténtico y natural corcho).
En el segundo caso, esta aleación, sustituta del plomo, es también más económica, pero menos contaminante, lo que constituye una ventaja. Esto ocurrió a mayor escala en las imprentas donde los tipos de letra pasaron del tóxico y peligroso plomo a aleación de bismuto para actualmente desaparecer totalmente devorados por lo digital.
Al menos este plástico —que forma los actuales flotadores— es duradero y no es de un solo uso, aunque su periodo de desintegración es igual de eterno que el resto.
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