Cuando el tiempo no acompaña para un veraniego día de playa, otros habitantes aprovechan para echar unas horas buscando comida.
Es el caso del correlimos tridáctilo (vaya nombre) o Calidris alba.
Foto: V. Aparici |
Es una gozada cuando posan sin miedo ante ti dos ejemplares: unos adulto, al fondo, y otro juvenil, en primer plano.
Gran viajero, visita nuestras costas huyendo del frío Ártico para pasar el invierno en nuestras arenosas costas reuniéndose algunos miles. No suelen adentrarse tierra adentro como algunos de sus primos cercanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario