Foto: Vicente Aparici |
Os preguntareis el motivo por el que se puede llegar a fotografiar un trozo incompleto de una concha.
Para empezar este trozo corresponde a un molusco gasterópodo muy bello, el Phalium granulatum.
La poderosa razón por la que me agaché para cogerlo, tomé la posterior molestia de fotografiarlo y escribir este post, aparte de lo escaso que es de encontrar, obedece a un valor sentimental.
La primera concha que tuve fue una como esta, pero en mejores condiciones. Y eso fue mucho antes de nacer.
La historia comienza durante las obras de ampliación del puerto de Castellón, donde alguien regaló un ejemplar de este molusco a mi tatarabuelo Tomás. Desde entonces siempre ha estado en mi familia materna. De pequeños la sacábamos del cajón de la ropa (donde fue cambiando el olor a mar por el de las pastillas de jabón Lux), lo acercábamos a nuestros oídos y escuchábamos el mar.
Al final se vino a vivir conmigo y gracias al Photoshop lo he clonado para que lo veáis 2x1 en su máximo esplendor, 75 años despues de abandonar el mar.
Foto: Vicente Aparici |
No hay comentarios:
Publicar un comentario