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miércoles, 26 de junio de 2019

Uno más para la biblioteca

Los que seguís este blog seguro que conocéis el detonante que hizo empezar esta locura.

Hoy, con muchísimo gusto os presento un nuevo libro de los mismos autores.

Título: The Essential Guide of Rockpooling
Autores: Steve Trewhella and Julie Hatcher
Año: 2019
ISBN: 9780995567313
Editorial: Wild Nature Press
Páginas: 304
Formato: 14,0 cm x 21,6 cm
PVP: 19,25 €


Como complemento del primero, en estructura y diseño, nos descubre uno a uno los tesoros que podemos encontrar en una charca intermareal o en nuestro caso, aquellas especies presentes también en nuestro mar que sobreviven en las charcas que deja el fuerte oleaje. 

A diferencia de las charcas intermareales, los organismos marinos solo tienen que sobrevivir unas 6 horas hasta que la marea renueve el agua.

En las charcas de oleaje, la supervivencia se hace más dura, ya que pueden pasar días hasta recibir nueva agua marina. Eso conlleva que durante el día aumente muchísimo la temperatura del agua, causando a su vez evaporación y por consiguiente el aumento de la salinidad (gramos de sales por litro de agua). Y, por si fuera poco, siempre con el peligro constante de que acabe secándose totalmente. Todo un reto para la vida de la fauna y flora que permanece allí confinada.


Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com

lunes, 24 de junio de 2019

Otro carroñero

Foto V. Aparici

Como podréis adivinar, estoy dando salida al material recogido en la Bretaña.

Ahora le toca el turno a otro miembro de la familia Nassaridae que responde con su actualizado nombre artístico de Tritia nitida

Es fácil de confundir con otro miembro de su familia, la T. reticulata (ya presentada en este blog y a la que antes se consideraba una subespecie o variación de esta). El tema quedó zanjado con la siguiente publicación: 

Rolan, E.; Luque, A. A. (1995). Nassarius reticulatus (Linnaeus, 1758) y Nassarius nitidus (Jeffreys, 1867) (Gastropoda, Nassariidae), dos especies validas de los mares de Europa. Iberus. 12, 59-76.

Así, de paso descubriréis su antiguo nombre científico.

Habitante también de nuestro mar mediterráneo, convive con la otra especie citada y no se han encontrado formas intermedias como sucedía con los mejillones.

Vive en los 30 primeros metros de profundidad, en los fondos de arena o de  fango. Esencialmente carroñera, ataca sobre todo a los mejillones con la concha dañada y también es capaz de alimentarse de huevos de peces como los gobios.


Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com

miércoles, 19 de junio de 2019

Uno más de la Bretaña

Seguimos con el material recogido en vacaciones.

Foto: V. Aparici
Esta especie es noratlántica, pero la podemos encontrar en nuestro Mediterráneo, en las costas andaluzas y marroquíes, accediendo por el estrecho de Gibraltar. 

Como no tolera las aguas cálidas, no ha penetrado más en nuestro cálido mar.

Buccinuim undatum es un habitante de fondos fangosos; se alimenta de carroña o de pequeños bivalvos (a los que perfora la concha) y gusanos. No tolera la zona intermareal y prefiere la zona sublitoral (siempre sumergida).


Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com

miércoles, 5 de junio de 2019

¡Ostras, Pedrín!

Esta célebre frase que ya ha pasado a la historia surgió en los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín, en la época franquista. Aunque nunca llegué a tenerlos entre manos –ya que heredé El Guerrero del Antifaz de mi padre– esta frase permitió decir ¡hostias! sin blasfemar al Santísimo.

Pero hoy vamos a hablar de otras ostras. Me refiero a ese animal, molusco, bivalvo y suculento, que se cultiva para el goce culinario.

Foto: V. Aparici

Aquí tenéis a la ostra japonesa u ostión, traída de la Bretaña francesa pero fácil de encontrar en nuestro Mediterráneo. Responde al nombre de Crassostrea gigas. 

Su color violeta la hace inconfundible.


Es una especie pacífica (me refiero al océano) que fue introducida para la acuicultura desde Japón. Actualmente se considera especie invasora.

No le gusta la profundidad y prefiere los fondos arenosos y fangosos a los rocosos, siempre que tenga algún soporte para fijarse como otras conchas o piedras.

Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com



domingo, 2 de junio de 2019

Increíbles «windsurferas»

Este mes de mayo he ido recibiendo fotos de los amigos Jorge y Rafa y de la amiga María, mostrándome algo muy raro y desconocido para ellos, que había aparecido a montones en las playas de toda la provincia.

Después de informarles sobre lo que habían encontrado, me lancé a ver si tenía suerte y encontraba algún ejemplar vivo, pero cuando pude pisar la playa encontré esto:

Esta especie de escamas de plástico que parecen tener huellas digitales.

Foto: V. Aparici
Hay que ver como está el tema de la contaminación por plásticos en el mar, que hasta los organismos marinos –que han estado ahí desde el inicio de la vida en nuestro planeta– nos parecen hechos de plástico.

En fin, ya en casa pude fotografiar este hallazgo en condiciones. 


Foto: V. Aparici
Estos organismos aparecen por millares en primavera (aprovechando el boom planctónico) y se tratan de una de las medusas más bellas que existen, a pesar de su pequeño tamaño.

Antes de seguir hablando de ellas, os dejo una foto de cómo son en vida.

Foto: Jymm. Roscoff (Finisterre atlántico francés).
A diferencia de la mayoría de medusas, que nadan pasivamente entre las aguas, estas se pasan la vida navegando a vela por la superficie del agua. 

Solo necesitan un flotador (azul metálico) y una vela córnea. ¡Y a navegar cual velero inzozobrable! De hecho, si vuelcan, vuelven a reflotar y a orientarse hacia el viento.

Como podéis observar, tienen tentáculos (urticantes), como buenos cnidarios que son. En este caso, y sin que sirva de precedente, las células urticantes (cnidoblastos o cnidocitos) no pueden atravesar nuestra piel, aunque es mejor no tocarlas si tenemos alguna herida en las manos o si nos llevamos después las manos a los ojos.

En verdad, están formadas por una colonia de animales y se clasifican dentro del orden de los sifonóforos, respondiendo al nombre artístico de Velella velella, aunque por aquí se las conoce con un nombre más evocador –y que no le hace falta traducción– de barqueta de Sant Pere.

Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com