Es una suerte conocer a Pepe Gomis. Si encima es amigo, se le puede chantajear para que escriba, en el blog, sobre algo que conoce muy bien.
Lo que empezó como curiosidad en unas jornadas de interculturalidad en su antiguo instituto, se ha convertidor en una pasión por coleccionar arenas.
Pero mejor que lo cuente él, en lo que parece y afortunadamente será, más de una entrada.
Pero mejor que lo cuente él, en lo que parece y afortunadamente será, más de una entrada.
Me pide el amigo Vicent que os cuente algo de mi colección de arenas del mundo. Es verdad que algo podré decir, pues tengo más de 4.300 muestras de 110 países. La mayoría son de playas de mar, aunque también tengo de río, desiertos, etc.
Hoy os hablaré del color, otro día quizá de la textura o los materiales que las forman.
Hay quien cree que todas las arenas son como las de Castellón, de tono más o menos gris pues las forman granos blancos y negros principalmente. Ni mucho menos.
Foto: Pepe Gomis |
Las hay desde blanquísimas (de Cuba, por ej.) hasta negrísimas (Islandia), a veces se dan las dos en una misma isla (como la isla de Pascua, con sólo dos playas y una de cada color), con todos los tonos de ocres y marrones, anaranjadas o rojas (como la australiana de Uluru), rosadas (en Bahamas,...), moradas (en California), verdes (Papakolea en Hawaii, con olivino del volcán Kilauea), incluso hay playas increibles con arenas de siete o más colores (playa del Arco Iris, Australia).
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