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jueves, 30 de agosto de 2018

Vieiras, zamburiñas y otros manjares

Cuando planteé hablar de los Pectinidos –que es el grupo de moluscos bivalvos al que pertenecen estos animales–, pensé en hacer un post para cada uno de ellos y así tendría más material sobre el que escribir en estos improductivos días de verano.

Con la tardanza, se iban ampliando los ejemplares que encontraba en los paseos invernales y cuando hice esta foto comprendí que juntos se aprecian mejor las diferencias en las valvas o conchas.

Foto: V. Aparici

Seguro que habréis reconocido la número 4. Es la Concha de Peregrino o, como se la conoce científicamente, Pecten jacobaeus

Por su tamaño, se trata de un ejemplar joven que no se ganará su jubileo colgada en el cuello de algún peregrino. Curiosamente, el gran Lineé –al darle este nombre a esa especie endémica mediterránea– se equivocó, pues la que realmente llevan lo peregrinos del Camino de Santiago es la especie atlántica Pecten maximus.

Pero empecemos por la número 1 o Flexopecten glauber, que presenta unas costillas muy marcadas. Posiblemente, la número 5 (que está bastante deteriorada) sea un adulto de esta especie.

La número 2, Flexopecten flexuosus, tiene menos costillas que la anterior.

La número 6 es Mimachlamys varia, inconfundible por sus aurículas completamente desiguales y la hendidura más desarrollada en la valva derecha. La de la valva izquierda no presenta esa hendidura (como podemos ver en la número 3) y es un ejemplar juvenil.

Curiosamente, estos bivalvos son capaces de nadar. Normalmente están reposando sobre el fondo (suelen tener una valva plana y la otra abombada) y cuando se sienten amenazados o desean moverse, nadan abriendo y cerrando las valvas. Se alimentan filtrando agua marina.

Maravillaos de como pueden nadar.




Texto corregido y revisado por laerrataquemata.com

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