Hoy he comenzado un trabajo aplazado tanto tiempo que hasta me avergüenzo de contarlo.
Estoy revisando la magnífica colección de moluscos de mi amigo Pablo Barranco. Quizás esa condición de amigo haya sido el motivo de mi desidia, junto al querer hacer algo más que una revisión de su concienzuda colección y que ese algo más no va a poder ser.
Al revisar su hallazgos, me he encontrado con viejos conocidos y también con un material jugoso para este blog.
Foto: V. Aparici. Colección de P. Barranco |
El primer conocido es el único representante de su género en el Mediterráneo por lo que es inconfundible. Su nombre es Conus mediterraneus.
A pesar de su tamaño es un cazador carnívoro que habita todo tipo de fondos marinos.
Muchos de sus parientes que habitan otros mares tropicales tienen arpones venenosos; son más grandes y con colores más llamativos. Seguro que los habéis visto en los infames paquetes con conchas marinas que se usan en decoración. Cada vez que adquirimos uno de estos, colaboramos con el expolio y tráfico de estos animales.
Por suerte para nuestro cono, al ser el hobbit de los conos, se libra de entrar en ese mercado. Pura selección natural.
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