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viernes, 8 de septiembre de 2017

Si me dicen que es un pez no me lo creo

Foto: V. Aparici. Colección de P. Barranco

Aquí tenemos al caballito de mar mediterráneo, que recibe el nombre científico de Hippocampus guttulatus, cuya traducción del griego viene a significar más o menos "caballo monstruo de mar".

Su largo hocico lo diferencia del resto de especies mediterráneas de caballitos de mar.

Es un pez óseo muy modificado. Su aleta caudal se ha modificado y se ha convertido en una cola prensil con la que se sujetan a las algas y plantas marinas. El resto de aletas semejan abanicos por lo que nadar, no nada muy rápido. Su boca se ha transformado en un tubo sin dientes por donde aspira vorazmente el agua que contiene su alimento, el zooplancton.

Como curiosidad es el macho el que incuba, dentro de su cuerpo en una bolsa especial, los huevos fecundados, que le pasa la hembra. Cuando estos eclosionan puede dar a luz más de 350 alevines (crías de pez recién nacidas).

Este ejemplar se encontró así, deshidratado en un playa de Almería. 

Es una especie protegida por CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) debido a la explotación a que han sido sometidos. Todavía se venden deshidratados como decoración o como medicamento de la medicina tradicional china como podréis leer aquí.



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